martes, 26 de junio de 2018

Historia de las sabanas sucias

Una pareja de recién casados se mudó a un barrio muy tranquilo y familiar. Todas las casas contaban con jardín donde jugar, reunirse la familia y los amigos, y otras actividades caseras.

En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba las sábanas en el tendedero.
- ¡Qué sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero! - dijo la mujer - Quizás necesite un jabón nuevo. ¡Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas!

El marido miró y quedó callado.

Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y al viento. Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas bien limpias. Le dijo a su marido:

- ¡Mira!. ¡La vecina aprendió por fin a lavar la ropa! ¿Le enseñaría otra vecina?
El marido le respondió:

- No cariño. Hoy me levanté más temprano y lavé los cristales de nuestra ventana.

Moraleja: Tratemos primero nuestras fallas antes de intentar juzgar a otros. Recordemos que lo que vemos en otros es un reflejo de lo que hay en nosotros mismos. 

miércoles, 20 de junio de 2018

La reflexión de hoy



Y es que este tiempo como nos esta mostrando la veracidad de esta frase!! Y muy importante es adaptarnos desde una base de principios y valores bien bien sembrados, para que ese cambio sea nuestra oportunidad de vivir y no el oportunismo para solo sobrevivir.

jueves, 14 de junio de 2018

Sobre el dinero, la abundancia y algo mas...

Hoy te dejo este vídeo, una percepción muy constructiva sobre el dinero y la abundancia. Espero te sea de ayuda. Gracias a las capsulas que todos los jueves nos regala Carlos Fraga!.


 

lunes, 11 de junio de 2018

¿Que tipo de corazón tienes?


Encontré esta parábola bíblica en el libro "El Maestro del Dinero" de Álex López  y me parece una muy buena reflexión para los tiempos que vivimos. Sin importar religiones, aplica para todos, es esta:
...«Un sembrador salió a sembrar. Al esparcir la semilla, una parte cayó junto al camino; fue pisoteada, y los pájaros se la comieron. Otra parte cayó sobre las piedras y, cuando brotó, las plantas se secaron por falta de humedad. Otra parte cayó entre espinos que, al crecer junto con la semilla, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno».Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga»... (Lucas 8:1-15)


Cada tipo de tierra representa un tipo de persona, su corazón. Cuál te representa?

El primer tipo de tierra representa a la persona que duda en lugar de creer. La duda genera pasividad, por eso, estas personas oyen pero no realizan acción alguna. Lo contrario de la duda es la fe, la confianza, la confianza en uno mismo.
El segundo tipo de tierra son las personas que no tienen raíz, es decir, creen por algún tiempo, hasta que la vida les presenta pruebas, dificultades, en esos momentos, se alejan. La vida esta llena de pruebas por eso el llamado es a confiar cuando estamos en una de ellas, tengamos fe en que podemos salir de las dificultades e incluso mas fortalecidos. No creamos solo cuando las cosas andan bien. 
El tercer tipo de tierra representa a las personas que creen en si, y perseveran en las dificultades pero se llenan de los placeres de la vida al punto que no maduran. ¿Por que no maduran? porque se desenfocan de si mismos, se llenan de lo superficial y a la larga esto los lleva a tener una vida de insatisfacción. El ejemplo que dio el autor del libro lo explica muy bien: 'es como comer comida rápida todos los días por un largo tiempo, es deliciosa y satisface tu placer pero a largo plazo vas a enfermar, sobrepeso y demás desgastes que tu cuerpo va a sufrir porque te harán disminuir la capacidad de disfrute de la vida.'
El cuarto tipo de tierra representa a las personas que escuchan con la pureza de su  corazón, que retienen y como perseveran, recogen buena cosecha. La perseverancia siempre da buena cosecha. 
Es momento de actuar con el corazón, creer en nosotros y perseverar!

sábado, 2 de junio de 2018

Te sientes estancado?

Hoy quiero dejarte está historia del libro 'La culpa es de la vaca' que nos aclara lo que es la zona de comodidad y lo importante que es salir de ella.


EMPUJA LA VAQUITA

Un sabio maestro paseaba por el bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de conocer lugares y personas, y sobre las oportunidades de aprendizaje que nos brindan estas experiencias.


La casa era de madera y sus habitantes, una pareja y sus tres hijos, vestían ropas sucias y rasgadas, y estaban descalzos. El maestro se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia, y le dijo:
—En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir?
El hombre respondió calmadamente: —Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Parte de la leche la vendemos o la cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina, y con la restante elaboramos queso, cuajada y otros productos para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información y contempló el lugar por un momento, antes de despedirse y partir. A mitad de camino le ordenó a su fiel discípulo:
—¡Busca la vaquita, llévala al precipicio y empújala!
El joven lo miró espantado y le replicó que ese animal era el medio de subsistencia de la familia. Como percibió el silencio absoluto del maestro, cumplió la orden: empujó a la vaquita al barranco, y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en su memoria.

Un día, el discípulo resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar para contarle la verdad a la familia y pedirle perdón. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba veía todo muy bonito, diferente de como lo recordaba. Se sintió triste, imaginando que aquella humilde familia había debido vender su terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y, al llegar, fue recibido por un señor muy simpático, al cual preguntó por las personas que vivían en ese lugar cuatro años atrás. El hombre le respondió que allí seguían.

Sobrecogido, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que había visitado algunos años antes con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor, el dueño de la vaquita:
—¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
Emocionado, el hombre le respondió:
—Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos; así alcanzamos el éxito que sus ojos ven ahora.

Esta es mi moraleja: el acomodo o la 'seguridad' nos estanca y,  la vida es para crecer, solo creciendo descubrimos todo lo grandiosos que somos.  

Cuál es la tuya?