jueves, 17 de enero de 2019

La arrogancia: otro patrón limitante de nuestra riqueza


Somos arrogantes cuando elevamos nuestra situación o posición, infravalorando o pisoteando la de los demás.

Somos arrogantes cuando nos negamos a reconocer nuestras faltas o 'malas' decisiones, y en su lugar buscamos en el autoengaño todas las justificaciones que nos hagan ver que nosotros no fallamos.

Somos arrogantes cuando hacemos las cosas para elevarnos frente a los demás, mas que hacerlas por satisfacción personal.

Somos arrogantes cuando, creyéndonos que lo sabemos todo, no aceptamos escuchar el punto de vista de otro, negándonos a nosotros mismos la oportunidad de aprender de las experiencias que nos aportan los demás.

Bien lo explica T Harv en el punto 17 de su libro Secretos de la mente millonaria: 'Los Ricos aprenden y crecen constantemente. Los pobres creen que ya lo saben'.

Una actitud arrogante es la que nos mantiene en la pobreza, porque esta es la llave con la que cerramos la puerta al aprendizaje... y mientras no aprendemos, no crecemos.


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