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lunes, 27 de agosto de 2018

Cuando excusamos la pobreza

Caminando a casa, se me acercan muchos vendedores ambulantes ofreciéndome, casi regalados, pilas de plátanos. Yo sabia por las noticias, que algunos camiones de plátanos habían sido saqueados, pero yo, al ver el precio de 'gallina flaca' por los que me los ofrecían, me importo muy poco la procedencia 'delictiva' de dichos plátanos y pensé: 'por el precio, estos plátanos deben ser de los camiones saqueados pero no me importa, mi sueldo es poco y el pobre se tiene que arropar hasta donde le alcance la cobija, mas me vale aprovechar', y los compre.
Esos plátanos fueron la cena de todos en la casa.

Ya mas tarde, recibo una llamada de mi hermana, quien me informa que a su hijo, le habían saqueado su camión con la cosecha de plátanos que trasladaba para surtir su negocio durante todo el mes.

Moraleja: Nuestras decisiones afectan a los demás y, cuando decidimos en función de nuestras miserias, quizás satisfagan nuestra necesidad momentánea, pero seguramente afecte negativamente a mas personas que las que podamos imaginar, incluso a las que están muy cerca de nosotros... Antes de justificar nuestra miseria, es mejor desarrollar nuestro potencial.

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